Al igual que la cocaína, esta metanfetamina cristalina actúa sobre el nivel de dopamina en el cerebro pero proporciona un toque adicional de imitación de noradrenalina.
¿El resultado? Las neuronas liberan más de ambos, mientras entrenan al cerebro a necesitar más para sobrevivir. La resaca y los retiros duran días y pueden desglosar a una persona mental y físicamente. Los adictos sufren psicosis, alucinaciones, pérdida de memoria, depresión severa y son propensos al suicidio.